Hombre y mujer ¿Diferencias de rendimiento físico?

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Preguntarnos si las diferencias fisiológicas que existen entre los hombres y las mujeres tiene una influencia real en el rendimiento de la actividad física y en el éxito al momento de hacer deporte es un cuestionamiento válido, sobre todo, si estás preparándote para una carrera o comenzado a entrenar. ¿Estamos limitados, hombres y mujeres, por nuestras diferencias para alcanzar metas deportivas? Veamos qué dice la ciencia al respecto en el artículo de hoy.


¿Cómo nos diferenciamos?

En términos generales, debemos comprender que los estudios que se han dedicado a investigar el rendimiento deportivo de ambos géneros y sus diferencias definen que ésta depende de tres conceptos claves: el somatotipo, la fisiología y la composición corporal. Cada organismo vivo y cada género en su especie tiene características que son propias de su aspecto biológico y, por lo tanto, dentro de esos atributos se diferencia el rendimiento físico que pueden tener. No existe evidencia que los hombres o mujeres sean superiores en rendimiento físico, sino que cada diferencia corporal da como resultado un somatotipo distinto para cada género en distintos deportes. 

5 diferencias morfológicas y fisiológicas de una mujer versus la del hombre.

A simple vista es imposible no admitir que el cuerpo de una mujer luce visiblemente distinto al de un hombre, pero ¿qué diferencias anatómicas exactas hacen que los rendimientos de ambos géneros sean distintos?

1. Cuando las mujeres alcanzan plena madurez se caracterizan en promedio por tener una una masa corporal y estatura menores que las del hombre, lo que se traduce anatómicamente en una estructura corporal más pequeña y más ligera.

2. Las mujeres tienen pelvis más ancha, debido a su evolución como estructura de sostén con fines reproductivos.

3. En cuanto a las extremidades corporales, las mujeres poseen extremidades más cortas, influenciado por el patrón de maduración ósea. Además, los músculos inferiores son convergentes hacia las rodillas y, por ello, el fémur pierde verticalidad y los huesos inferiores de las piernas presentan un arco menor que el de los hombres. Esta condición, por ejemplo, de traduce en una disminución en la eficacia mecánica al correr.

4. El volumen cardíaco de una mujer promedio es menor en un 25% al de un hombre, influyendo en su rendimiento cardíaco, debido a que la caja torácica femenina es en promedio más pequeña y con una capacidad pulmonar menor en un 10% que la masculina. Es decir, la capacidad de transportar oxígeno por cada litro de sangre es un 11% menor en la mujer. Sin embargo, cuando se comparan la intensidad de esfuerzo en mujeres entrenadas, generalmente tienen un volumen cardiopulmonar similar al de los hombres comparablemente entrenados o con un nivel de actividad análogo

5. Las mujeres tienen entre 20% a 35% menos tejido muscular que los hombres. Esto debido a que la testosterona, hormona masculina, genera un incremento en la masa muscular. Es esa hormona la que incide también sobre la formación ósea y en la síntesis proteínica que favorece el desarrollo del tejido óseo. En cambio, por la estimulación de los estrógenos, la mujer tiene mayor cantidad de masa grasa en el cuerpo, que va de 7% a 10% mayor que en los hombres

¿Cómo influye la fisionomía en la actividad física? 

Las diferencias morfofisiológicas señaladas marcan puntos de partida para estudiar cómo estas condiciones viven en distintos deportes. Por ejemplo, el buen rendimiento de la mujer en la natación, posiblemente esté asociado a una mayor flotabilidad por su porcentaje de masa grasa y menos masa muscular.  Por otro lado, sus atributos propios morfológico,  también pueden derivar a un mayor riesgo de sufrir lesiones en ciertas áreas, por lo que se requiere de un especial cuidado a la hora de entrenar y practicar. Por ejemplo, se indica que las mujeres tienen mayor riesgo a sufrir lesiones debido a la hiperlaxitud de los ligamentos de la rodilla y del tobillo, lo que puede provocar inestabilidad de la rodilla. Las mismas ventajas y desventajas pueden experimentar los hombres de acuerdo a su propia fisionomía. 

Es importante señalar, que más que las condiciones naturales de ámbos géneros, muchas de las consecuencias del rendimiento en los deportes, se deben a construcciones socio-culturales. Sólo la integración al deporte equitativa en cada género permitirá conocer el éxito que estos puedan tener en las distintas disciplinas deportivas que practiquen.