En el proceso de lactancia, tu bebé experimenta muchos cambios que desarrollan su organismo de maneras sorprendentes, siendo uno de ellos el desarrollo de su flora intestinal.
Al momento de nacer, el tracto digestivo de tu bebé es estéril y sólo adquiere su flora en el momento del parto, debido al contacto de la flora vaginal y perianal de la madre que ocurre al momento de dar a luz. De aquí en adelante, la alimentación por lactancia será vital para el desarrollo de la flora bacteriana y así fortalecer su sistema inmune y favorecer los procesos de absorción de nutrientes y los procesos digestivos. Sin embargo, ¿qué pasa con los casos de niños que no toman leche materna? No te pierdas el artículo de hoy.
¿De qué factores dependen la flora intestinal que tendrá mi hij@?
Como te adelantamos, la flora intestinal que tu hijo o hija desarrolle, dependerá de la manera en que lo alimentas, ya sea con leche materna o fórmulas lácteas. Se ha comprobado en diversos estudios que en ellos se establece una flora bacteriana colónica distinta dependiendo del consumo de la leche. Ambos tendrán efectos distintos sobre la flora gastrointestinal.
Al estudiar a niños alimentados con lactancia materna exclusiva, se encontró que las bífidobacterias predominan en su flora gastrointestinal, sin embargo, en aquellos alimentados con fórmulas lácteas se establece una microflora distinta. De hecho, de acuerdo con la manera en que se alimenta al niño desde el nacimiento, se encuentran microorganismos diferentes no sólo en el colon, sino también en el tracto respiratorio y/o en la faringe.
¿A qué edad los niños desarrollan completamente su flora intestinal?
Se considera que la flora intestinal está en un estado neonatal hasta los 2 años. Después pasa a ser infantil y se encuentra en pleno desarrollo. Es a los 5 ó 6 años, cuando se considera que ya existe en ellos una flora intestinal de tipo adulto.
¿Es recomendable fortalecer la flora intestinal niño con otros complementos?
Si bien nada supera la alimentación y las propiedades de leche materna respecto al desarrollo de la flora, es importante considerar el caso de cada niño o niña y su alimentación predilecta. Es importante saber que la leche materna se compone de lactosa, lípidos, prebióticos y proteínas, entre otros elementos, siendo los prebióticos el tercer ingrediente más presente en la leche. Los prebióticos de la leche materna son oligosacáridos que se encuentran en una concentración de 10 a 12 gr/l. Esto demuestra que los prebióticos son un concepto bastante natural desde el nacimiento de los niños. Es así como, si no existe un consumo de leche materna, se considera positivo buscar maneras de imitar los efectos de la leche materna de manera adicional. Es así como se aceptaría el empleo de los probióticos y prebióticos.
¿Cuál es la diferencia entre prebiótico y probiótico?
Los prebióticos son alimentos funcionales no digeribles cuya función es mejorar la salud del huésped mediante la estimulación de la cantidad o la actividad de su flora colónica; se podría decir que son un nutriente para la flora del colon. Los prebióticos modifican la flora gastrointestinal residente, promoviendo su estimulación y crecimiento. Por otro lado, los probióticos son bacterias vivas, no patógenas, que se pueden introducir en los alimentos y necesitan resistir los procesos de digestión normales para llegar al colon, donde ejerce acciones positivas sobre la salud del huésped. Finalmente, se encuentra también en concepto de simbióticos, los cuales son productos que combinan prebióticos y probióticos.
Te recomendamos siempre consultar las decisiones de alimentación con tu médico para una mayor seguridad y supervisión de la salud de tu hijo o hija.